Fundación Chile presentó su “Hoja de Ruta” para que el plástico no impacte en el medioambiente

Fomentar el diseño circular de envases y embalajes plásticos; habilitar el financiamiento de alternativas más sustentables a los plásticos problemáticos e innecesarios; apoyar el desarrollo de la red local de recicladores de base, son parte de las soluciones identificadas en la Hoja de Ruta del Pacto Chileno de los Plásticos (PCP) que se lanzó oficialmente hoy en Fundación Chile en una actividad liderada por el seremi de Medio Ambiente de la Región Metropolitana, Diego Riveaux, y el gerente general de Fundación Chile, Marcos Kulka.
La Hoja de Ruta busca convertirse en la estrategia nacional de uso de elementos plásticos para avanzar hacia una economía circular, donde el plástico no impacte en el medioambiente. El objetivo de su desarrollo es guiar el plan de acción del Pacto Chileno de los Plásticos y ser una herramienta que entregue lineamientos concretos a nivel país a todos los actores involucrados en la cadena de valor de los plásticos para compartir una visión común y guiar sus estrategias.
En su desarrollo participaron más de 50 organizaciones (80 participantes) quienes identificaron 18 desafíos, 35 soluciones y 81 iniciativas. Entre los participantes destacan: alianzas tech, recicladores, productores de plásticos; envases y embalajes; reguladores / gobierno; gestores de residuos plásticos, municipios, retail & logística, organizaciones que representan a los consumidores y empresas de productos envasados.
El seremi de Medio Ambiente de la Región Metropolitana, Diego Riveaux, sostuvo que “la contaminación por plásticos ocasionada por un uso y gestión indebido de este material es uno de los principales desafíos que enfrenta nuestro planeta: se calcula que 8 millones de toneladas de plástico llegan al océano cada año y si no cambiamos la tendencia al 2050 habrá más plásticos que peces en el mar. Debido a la urgencia, Chile fue el tercer país del mundo en sumarse a la red Global de Pactos por los Plásticos y, de manera colaborativa, hemos sido capaces de desarrollar una hoja de ruta que nos permitirá avanzar fuertemente hacia una economía circular del plástico”.
El gerente general de Fundación Chile, Marcos Kulka, destacó que la Hoja de ruta “va mucho más allá del plástico, ya que es parte de reinventar el futuro y el tipo de soluciones que necesita nuestro país para romper la economía lineal y avanzar a una circular. Convoca a distintos actores, fomenta la innovación, cultura y diálogo en un objetivo concreto”.
Por su parte el vicepresidente ejecutivo de Corfo, Pablo Terrazas, señaló que “el modelo económico no es un fin en sí mismo sino una herramienta que debemos saber utilizar para solucionar los problemas que tiene Chile. En este sentido, lo que estamos haciendo con la economía circular, es utilizar un modelo de desarrollo económico en beneficio del medio ambiente. Esta iniciativa toca el corazón de lo que es Corfo: mayor productividad, mayor eficiencia y más innovación. No es coincidencia que entre 2018 y 2019 Corfo haya subsidiado más de $1.800 millones en proyectos que apuntaban a este tipo de soluciones de economía circular”.
En la oportunidad la representante para América Latina de la Fundación Ellen MacArthur, Luisa Santiago, afirmó que “la idea no es eliminar el plástico del mundo, sino migrar a un sistema que permita que se quede en la economía y no se convierta en una basura para el medio ambiente. Sin embargo, aseveró que esto conlleva eliminar aquellos que son problemáticos o innecesarios, así como también aquellos materiales peligrosos que causan problemas para mantenerse en esta nueva economía”.
Las metas del Roadmap
La Hoja de Ruta establece los desafíos y las iniciativas de corto, mediano y largo plazo para cada compromiso que ya había sido definido por los miembros del PCP en julio de 2019. Estos se convierten en los núcleos traccionantes que se deben cumplir al 2025 y que deben abordarse en Innovación, Infraestructura, Marco Regulatorio y Cultura.
El núcleo traccionante o meta 1 busca tomar acciones para eliminar los envases y productos plásticos problemáticos e innecesarios a través del rediseño, innovación o modelos de entrega alternativos. Entre las iniciativas que se identifican destacan, desarrollar un estudio que defina un listado prioritario de envases, embalajes y utensilios problemáticos e innecesarios en el contexto chileno y realizar una convocatoria a emprendedores y proveedores para identificar y apoyar la oferta de alternativas innovadoras en el mercado a los elementos problemáticos.
La meta 2 busca que el 100% de los envases y embalajes diseñados sean reutilizables, reciclables o compostables. Entre las iniciativas descritas para esta figuran: desarrollar una guía de diseño para la reciclabilidad que se vaya actualizando de acuerdo a los cambios tecnológicos y de infraestructura; generar contenidos educacionales de ecodiseño e implementar programas de innovación abierta entre startups y corporativos para desarrollar e implementar soluciones circulares de envases y embalajes plásticos.
El compromiso 3 persigue que 1/3 de los envases y embalajes plásticos domiciliarios y no domiciliarios sean reusados, reciclados o compostados para lo cual propone, entre otras cosas, generar incentivos a la separación en origen; desarrollar un programa de atracción de inversionistas para instalar plantas de clasificación y/o valorización y apoyar el desarrollo de la Red local de recicladores de base.
El compromiso 4 busca que los envases y embalajes tengan, entre sus distintos formatos, en promedio un 25% de material reciclado. Para ello plantea definir una normativa para la incorporación de material reciclado en envases y embalajes; utilizar reciclaje post industrial como insumo de material reciclado comenzando en empaques secundarios y terciarios.